Amad a vuestro prójimo como a vos mismo; amadle no por vuestra utilidad y provecho, sino en Dios y por Dios y para bien del mismo prójimo. Amar es querer bien; queredle, pues, y procuradle todo el bien posible: el amor o caridad es paciente, y así debéis sufrir con paciencia sus molestias e impertinencias
Carta Ascética… al presidente de uno de los coros de la Academia de San Miguel. Barcelona 1862, p.8s